Detox Digital

Hace algunas semanas empecé a sentir dolores de cabeza más intensos y recurrentes que de costumbre. También me sentía más ansiosa, nerviosa y tensa así que un día decidí apagar mi celular cuando llegué a casa después de un día largo y sólo ver un capítulo de la serie que estaba mirando. Quería probar si el dolor disminuía y si las teorías de todo lo malo que nos ocurre cuando usamos mucho el teléfono eran verdad.

Al principio no sabía que hacer, di vueltas por mi casa, me hice la cena y leí un libro. Cuando miré el reloj, sólo había pasado una hora. En ese momento me di cuenta de la cantidad de tiempo que paso frente a un dispositivo digital y de cómo se me iba el tiempo sin hacer nada productivo.

No quería prender el celular para programar la alarma para el día siguiente, así que tuve que ponerme en búsqueda de una pila para el reloj que tenía en la mesita de luz, esos que usaban nuestros abuelos y que son capaces de despertar a una casa entera. Revolví cajones y abrí controles remotos ¿cómo podía ser que no tuviera una sola pila para ese aparatito tan sencillo? Antes, cuando era chica, en casa había un cajón que siempre tenía un paquetito de emergencia ¿Dejarán de existir hasta que todo se convierta en digital y con batería?

Dormí un poco mejor que noches anteriores, las que se entrecortaban porque me levantaba a mirar el celular. No me desconectaba, estaba pendiente hasta cuando estaba dormida. Esa primera noche la dormí de corrido, pero me desperté y antes de hacer cualquier otra cosa salté de cama y prendí el celular. Cuando se inició me llevé una sorpresa: no había ocurrido ninguna desgracia, no me había perdido de nada importante ni mi príncipe azul había intentado contactarme. TODO SEGUÍA IGUAL.



Entonces… ¿Qué es el Detox Digital?

Para entender esta actividad, primero hay que dejar en claro que la adicción a la tecnología es algo real, es más, en países como Japón hay institutos especializados en “desintoxicar” a jóvenes que no pueden integrarse en la sociedad debido a este problema.

La adicción a la tecnología es estudiada e interpretada desde que surgieron los dispositivos móviles, y aunque no está considerada como una enfermedad, los síntomas de las personas que son dependientes tecnológicos son muy similares a aquellos que abusan de algún tipo de droga.

El “pubbing” es un término que nació en la Universidad de Sidney que se creó para denominar al “comportamiento de las personas que se desconectan de la sociedad para conectarse a sus smartphones”.



De repente, me di cuenta de que mi vida funcionaba más tiempo en el mundo virtual que en el real, así que decidí volverme mi propio caso de estudio y estudiar mis comportamientos en torno al uso del celular.

Como la adicción tecnológica crece constantemente también lo hace el digital détox, que también es foco del márketing, una pata fundamental en nuestra vida, los Millennials. Entre las innovaciones se destacan varias aplicaciones, como por ejemplo Face Up, creada por el Instituto Psicológico Desconect@. Apenas instalás la aplicación y la abrís por primera vez, te propone un test para determinar el nivel de adicción (en mi caso, me reveló que soy un 83% adicta). Además, propone desafíos diarios y juegos para controlar el uso del celular, así como también ofrece datos contundentes sobre las adicciones a la tecnología.

Otra muy interesante que yo ya me instalé es Checky, una aplicación que contabiliza cuantas veces desbloqueamos el teléfono por día y al final de la semana hace un balance. Ya veremos qué me espera a mí al finalizar la semana.

Yo sólo me instalé esas, pero también existen otras como Offtime, Forest, QualityTime y seguramente muchas otras que a pesar de las diferencias tienen un mismo objetivo: controlar el uso del teléfono celular y desconectarnos de él para poder hacer un uso más consciente.

Desde la publicidad, muchas empresas decidieron recurrir a esta nueva “moda” para promover por un lado un comportamiento social saludable y por el otro el consumo de un producto.

En el 2014, la agencia de medios Paim Comunicação creó para la cerveza brasileña Polar un anulador de celulares que fue repartido en restaurantes y bares de la provincia de Río Grande del Sur. El objetivo era que las personas dejaran a un lado sus celulares para que interactuaran entre ellas. Lo llamativo era que este producto, que simulaba la forma de una cerveza y era usado para enfriar las bebidas servía también para inhibir la señal de los dispositivos móviles localizados en un radio de 1.5 metros.


Como vemos, los Millennials creamos un nuevo mundo a nuestro alrededor, no sólo el que vemos y tocamos, sino también el que se encuentra detrás de una pantalla. Lamentablemente, esa virtualidad puede llegar a lastimarnos físicamente y traernos más problemas de los que creíamos. Yo decidí empezar a cambiar mis hábitos y no dejar que mi smartphone me consuma. ¿Y vos?

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